La pregunta del domingo 30 de agosto en la mañana fue, ¿que vamos a hacer hoy?; varias opciones fueron planteadas, pero ninguna tan tentadora como ir para un rio (con lo calurosa que estaba esa mañana), aprobado el viaje al rio, hicimos algunas llamadas para invitar algunos familiares y amigos. "Hoy no puedo" respondieron en las dos primeras llamadas; hicimos otras dos llamadas y "Bingo" se armó el viaje, ¿la ruta? El Balneario Acapulco de la Vega.
Después del medio día, empredimos nuestro viaje y los niños como siempre super emocionados. Luego de unos 40 minutos por la autopista Duarte, llegamos a la entrada del balneario, cerca del elevado que conduce a San Francisco de Macorís. Unos minutos más tarde, luego de recorrer un camino estrecho y pedregoso fuimos compensados con las frescas y cristalinas aguas del rio Acapulco. El esfuerzo valió la pena, pasamos un rato super agradable y refrescante con la familia.
